
Los cambios de los últimos años, consecuencia de la globalización, han sido fundamentales en la búsqueda, formulación e implantación de estrategias que posibiliten a las empresas mantenerse vigentes y sostenibles a lo largo del tiempo. Los líderes de las organizaciones necesitan recurrir a diferentes técnicas para conseguir grandes logros. Y una de las más efectivas es el trabajo en equipo, porque con este podemos potencializar las competencias de cada miembro, mejorar la productividad y la organización para el cumplimiento de una meta. En este post exploramos la importancia del trabajo en equipo, características y algunos consejos para fomentarlo dentro de tu empresa.


Características del trabajo en equipo
El trabajo en equipo en una empresa se trata del conjunto de personas que trabajan interdependientemente por objetivos comunes. Cada uno coopera entre sí, aportando desde sus habilidades compartidas para la consecución de un logro por el que se han comprometido. Y es importante que las destrezas de nuestro equipo se complementen entre sí. Esto es porque queremos crear una armonía organizacional, en la que todos compartan responsabilidades, conocimientos, percepciones y liderazgos para la obtención de resultados exitosos.
Una de las características más destacables del trabajo en equipo de una empresa es la acción individual dirigida. Para ello es importante que socialices y establezcas con los grupos una serie de reglas que determinen los roles y comportamientos que faciliten la integración de todos sus miembros. Al mismo tiempo, necesitas generar un ambiente en el que prevalezca la comunicación, la confianza, el respeto y la colaboración.
4 consejos para mejorar y fomentar el trabajo en equipo en una empresa
Implementar y fomentar el trabajo en equipo tiene cuatro fases: iniciación, orientación, clarificación e integración. A continuación describiremos cada una y te daremos herramientas para facilitarte el proceso.
Fase 1: la iniciación
En la primera etapa de un trabajo en equipo abundan las dudas, no son tan claros los objetivos, ni los roles y cuál será la contribución dentro del grupo o fuera de este. Aunque haya altas expectativas frente al futuro, interés e incluso ilusión, no podemos desconocer que hay baja madurez grupal, debido a que no se ha creado un sentido de pertenencia y tampoco un sistema de interacción efectiva. Es una fase en la que hay una fuerte dependencia hacia los líderes.
Tip 1: fomenta la adaptabilidad
Siendo un momento en el que los equipos dependen del líder y de su orientación, fomentar la adaptabilidad es una de las principales misiones. Por ejemplo, son buenas prácticas:
-Mantener la curiosidad sobre la empresa (las preguntas y reflexiones son esenciales para ese fin).
-Promover la inteligencia emocional a través de la escucha activa y la empatía.
-Impulsar la motivación de cada uno e implementar la práctica mindfulness para alcanzar mayor concentración y claridad sobre los procesos.


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Fase 2: la orientación
En la segunda etapa nos vamos a encontrar un equipo que ha venido madurando al mismo tiempo que desarrolla más sus competencias. Si bien notamos algunos cambios, debemos saber que es un proceso gradual y a veces lento, especialmente, si no hemos definido las reglas y los roles que condicionan los comportamientos dentro del grupo. Es normal que surjan conflictos debido a confusiones o sentimientos de frustración si algún miembro considera que no puede realizar la tarea confiada.
Tip 2: incentiva la comunicación interna
La comunicación fluida dentro del trabajo en equipo es imprescindible, si queremos que sea una evolución exitosa. Más allá del crecimiento de la empresa, hay un crecimiento personal y esto es algo que puedes lograr mediante la confianza y el apoyo mutuo. Un buen trabajo en equipo se define en la capacidad de ayudar desde los propios conocimientos hacia los demás, lo que se consideraría un verdadero triunfo social.

